La coronación de Ntra. Sra. del Rosario
Nuestra Señora
del Rosario, detalle
Por Miguel Carrillo Bascary
Vamos a recordar la solemne coronación a la histórica imagen de Ntra. Señora del Rosario que se venera en la región desde 1773 y a la que se le atribuyen milagrosas intercesiones. Previamente existió otra de la misma advocación que pertenecía a otra comunidad y que por esto debió ser devuelta. Fue a fines de la década de 1930 que el entonces obispo de Rosario, monseñor Antonio Caggiano, promovió un especial reconocimiento a la Ssma. Virgen María en su advocación de Ntra. Señora del Rosario.
Asimismo, se brindan mayores referencias sobre el significado de esta particular celebración.
La coronación
canónica de las imágenes de la Virgen María es una de las formas más
solemnes y excepcionales de la devoción. No todas las imágenes de la Virgen se
coronan canónicamente, aunque todas llevan este tipo de atributo.
Las primeras
coronaciones se remontan al siglo XVII; fueron los padres Capuchinos
quienes las promovieron en origen como culminación de las misiones que
protagonizaban. En la ocasión solían recoger joyas donadas por los fieles, como signo
de conversión y desprendimiento, que fundían para confeccionar una corona
para la Virgen. Así, en el origen remoto del rito se advierte que la corona es
signo material de compromiso de vida, algo en lo que el ritual actual insiste
muchísimo.
El rito subraya la devoción hacia una determinada advocación mariana,
particularizada en su imagen y consiste en imponerle una corona (o
coronas, si ésta lleva al Divino Niño).
Durante el
rito, se ciñe primero la corona a la imagen del Hijo y luego a la de la Madre;
lo que evidencia reconocer la natural prelación que existe entre ambas
personas. Es importante señalar que los católicos adoran a Dios (la Trinidad:
Padre; Hijo y Espíritu Santo); a María se la venera, no se la adora.
La Virgen, es
Madre del Hijo de Dios y como tal es rey mesiánico, lo que se evidencia
con la corona signo que se extiende a su progenitora. Además, es
“reina del pueblo”, de la Iglesia; mediadora amantísima de las gracias que Dios
(y no Ella) concede a quienes se lo piden (recordar su intercesión en el
conocido episodio evangélico de las Bodas de Caná de Galilea)
Las
coronaciones son dispuestas por el Papa, en cuyo caso se las designa como “pontificias”; pero recientemente el
santo papa Juan Pablo II autorizó que también las dispongan los obispos.
Obviamente no todas las imágenes de la Virgen María son coronadas en la forma
indicada. Esto ocurre respecto de aquellas que concitan mayor devoción en los
fieles y que acreditan una importante antigüedad (hoy el culto debe ser
superior a los 50 años); además se requiere acreditar que son centros de
peregrinaciones o de un particular arraigo del culto en una región o país.
Es
especialmente importante que los fieles entiendan que la verdadera corona que
recibirá la Virgen, son ellos mismos y que es signo de los frutos de una vida
de fe expresada en la caridad. Por esto, toda coronación va precedida de un
verdadero “estado de misión” para que los fieles adviertan la importancia de la
conversión personal; de la solidaridad con sus hermanos y de la unión en la
Iglesia.
La ceremonia se concreta durante la celebración de la Eucaristía (misa) particularmente solemne presidida por un obispo. En ocasiones también puede participar el nuncio apostólico, o sea el embajador del Papa ante la nación de que se trate; también es habitual que se sumen otros obispos, como manifestación de la participación de la Iglesia toda. Luego de la homilía (el sermón) se produce el rito de la coronación, y se continúa la misa. En la actualidad este rito admite otras variantes. Los interesados pueden consultar: https://liturgiapapal.org/attachments/article/1015/6.18.pdf
La coronación
de Ntra. Señora del Rosario ocurrió el 5 de
octubre de 1941, vísperas de la fiesta universal de tal advocación. Había sido
autorizada por S. S. el Papa Pío XII a fines de 1939.
Tuvo carácter
extraordinario por la movilización misionera y popular que
implicó. Literalmente fueron decenas de miles las personas que se acercaron a
la Iglesia en la ocasión. Participaron de la preparación diversas instituciones
y asociaciones de todo tipo.
Un momento de la ceremonia
Para
confeccionar las coronas se
solicitó a las señoras de familias más pudientes que colaboraran donando
algunas joyas de su uso personal; 850 respondieron favorablemente.
Paralelamente se concretó una gran colecta de otros bienes con lo que se formó
un fondo para gastos y para distribuir a los más necesitados. Debido a la
pequeña talla de la imagen (unos 60 cmts. además de la corona se la dotó de una
importante aura doble, lo que la resalta a la vista de quienes la
contemplan.
En la actualidad se venera la imagen histórica en el camarín ubicado en el subsuelo de la iglesia Catedral de la ciudad de Rosario. Fue inaugurado en 1925 y se ejecutó en estilo barroco español, como forma de resaltar la herencia hispánica de la ciudad.
Altar dedicado
a la histórica imagen
Como una forma
de paliar la desocupación que por entonces afectaba mucho a la ciudad,
también se promovió una gran obra pública que demandara gran cantidad de mano
de obra. Esta fue el edificio desatinado al Colegio Normal Nro. 3 que fue una construcción
modelo en su tipo y que aún hoy presta ventajosos servicios, a casi ochenta
años de su finalización.
Edificio levantado en la ocasión
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