El
tranvía "15"
Nota 1.- En un portal de ventas on-line se ofrece un lote de galletitas de esa época, entre las que se encuentra el paquete fotografiado. ¿El precio? ¡$1.300!. Se advierte que los paquetes están cerrados, pero "no son aptas para consumo". ¿Habrá alguien que se anime?
El tranvía de la "Línea 15" en San Lorenzo esquina Sarmiento ca. 1960
Por Miguel Carrillo Bascary
Encontrar
la foto “del 15”, que
ilustra esta entrada resultó una alegría porque me transportó a los años de mi
primaria, cuando mi papá me llevaba al Colegio “Sagrado Corazón”.
Con mi guardapolvo y el portafolio de cuero salíamos a
eso de las 7 y cuarto, pasábamos por la plaza “25 de Mayo”, donde siempre había
taxis, que por entonces eran Mercedes Benz pintados de negro y techo rojo. Y
tomábamos el tranvía en la esquina de Laprida y Santa Fe. Todavía se levantaba al
frente de la parada la gran residencia Arijón. La frecuencia era matemática, 5 minutos entre coche y coche. Por
supuesto que había un conductor y el guarda con su gorra gris y la maquinita de cortar boletos, que eran
de diferentes colores, según el trayecto que uno tenía que hacer.
El recorrido
se extendía por Laprida, pasando por el frente de la “Logia Masónica”, con la
estatua de Garibaldi en su atrio; seguía hasta el Teatro “El Círculo”, doblaba
en calle 9 de Julio (que entonces era mano inversa a la actual) y transcurría
por la misma hasta perderse hacia Barrio Parque.
Nosotros nos bajábamos en Dorrego, porque la entrada del Colegio estaba en la esquina
de ésta y 3 de Febrero. Ya en la puerta nos recibía la Señora Jacinta que era la portera, siempre con un gran manojo de
llaves colgando de su cintura. Ella vivía ahí con su marido Abelardo, más tarde
se le sumó su hermana, María Elisa. Ellos también atendían la venta de galletitas (Mascota; Bubú; Sandokán; Colegiales; Manon, las única que sobreviben; caramelos, etc.) que mostraban en un gran canasto de mimbre puesto sobre un
caballete. Por supuesto que la campana era de uso exclusivo de Jacinta. No había
muchos los chicos que llegaban en los autos de sus papás. Un viejo ómnibus era
el único transporte escolar.
Una reliquia arqueológica, paquete de galletitas "Colegial" (1)
Para la
vuelta, el tranvía lo hacía por
calle Mendoza, ahí lo tomábamos en Moreno, pero ya venía lleno con los chicos
del Liceo Rivadavia y la Dante que subían en Oroño.
Tomando por Moreno, el siguiente hito era el “monumento al pozo”, donde hoy está el
CEMAR; la escuela “Ricchieri” y enseguida la “Asistencia Pública” (ex palacio Canals),
donde su única ambulancia sabia estar parada en la puerta del actual IAPOS. En
su esquina estaba el depósito de los carritos de barrenderos. Después venían
los Tribunales (hoy Facultad de Derecho); ahí el tranvía cargaba a las chicas
del Normal Nº2, que entonces usaban los característicos guardapolvos que
cerraban en la espalda.
Encontramos después la plaza “San Martin”, mucho más
cuidada que hoy (tenía guardián de uniforme gris y gorra) y la Jefatura de Policía, para ir a doblar
por calle San Lorenzo, donde en el contra frente de aquella se veían los 3 o 4 carros
de bomberos que siempre estaban asomando su trompa desde los garajes de su
cuartel (este sector está ocupado hoy por una confitería y el Museo de Cs.
Naturales).
El
trayecto continuaba por San Lorenzo, donde podríamos señalar: el Banco “Monserrat”; cine
Broadway; la farmacia “Dinamarca” (cuyos muebles exhibe hoy el Museo de la
Ciudad); el Banco “Francés” (hoy Piano), la ex Bolsa de Comercio; los hoteles
Savoy y el Magestic. En la ochava de su frente estaba el puesto del diarero sordomudo que voceaba en forma
muy característica, todos lo respetaban, había gente que no era de la ciudad
que se paraba para escucharlo). Finalmente, el tranvía doblaba en Laprida y
reiniciaba su recorrido.
Después
de segundo grado la cosa empezó a cambiar. Desapareció el tranvía y lo reemplazaron los grandes
ómnibus Mercedes Benz pintados de celeste y blanco, que tomaron la posta de la línea
“15” con un recorrido casi idéntico que se diversificaba con dos banderas,
según su parada final. Como yo con mis 9
años ya era “grande” viajaba solo llevando a mis dos hermanos; pero esto,
ya es otra historia.
Nota 1.- En un portal de ventas on-line se ofrece un lote de galletitas de esa época, entre las que se encuentra el paquete fotografiado. ¿El precio? ¡$1.300!. Se advierte que los paquetes están cerrados, pero "no son aptas para consumo". ¿Habrá alguien que se anime?
Somo la falange ardiente
ResponderBorrarQue en la lucha quiere entrar
Por la Patria Independiente
Por la fe por el Hogar ....(Himno del Colegio del Sagrado Corazon)
Hermoso y nostálgico relato. Yo los hacía diariamente en tren desde parada kilómetro 9 de calle Donado en Fisherton hasta la estación Rosario Central y desde allí caminando por calle Jujuy hasta la Nº 54 General Manuel Belgrano. Cada día una aventura. Desde 1946 hasta 1950 (año del Libertador General San Martín)
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