Mucho más que una cuestión semántica
Por Miguel Carrillo Bascary
Una de las seguidoras de Blog me pregunta:
¿Qué es más correcto decir: izar o enarbolar una bandera?
Se trata de un interrogante que se las trae. Bajo su aparente sencillez la cuestión tiene su complejidad.
Poner en alto una bandera es un acto fundamental en el Ceremonial oficial, y como tal se integra con naturalidad en las actividades comunitarias.
Sensaciones
Hay algo místico en la operación que marca su trascendencia en el espíritu de los partícipes del acto.
Pareciera que ese paño que sube a lo alto nos engloba a todos y cada uno alejándonos de las realidades cotidianas para acercarnos más al Cielo; a Dios mismo.
En esa dimensión donde flamea la bandera, inaccesible en la dimensión humana se transforma en un puente entre nuestra realidad y la trascendencia.
Desde su altura el paño se agita mecido por el viento y parece cobrar vida; llevándonos a volar con su impulso.
La sensación es compartida, nadie permanece indiferente ante el ondear de una bandera; todos nos asociamos en él desde nuestras perspectivas.
¿Quién no recuerda la inefable sensación que tuvimos cuando éramos chicos y nuestros padres o abuelos nos regalaron nuestra primer “banderita”?
¡Con qué emoción la tomamos en nuestras manos y cuánta felicidad sentimos al correr con ella en alto o cómo la hacíamos tremolar al paso de un desfile o por el solo placer de hacerlo!
Quienes se desempeñan en el ámbito del Ceremonial usamos indistintamente dos verbos para referirnos a la operación de elevar una bandera; uno de ellos es IZAR, el otro es ENARBOLAR.
La voz de la Real Academia
Preguntamos por ellos al “Real Diccionario de la Lengua Española”, que nos explica:
“Izar. Del francés: hisser. Hacer subir algo tirando de la cuerda de que está colgado”.
“Enarbolar. Levantar en alto un estandarte, una bandera o cosa semejante para que se vea bien”.
En consecuencia, gramaticalmente, si los aplicamos a una bandera son de uso indistinto; así está asumido en el uso cotidiano.
Empero, hablando con mayor propiedad, es decir integrando la expresión gramatical con la imagen mental de lo que queremos expresar encontramos que ambos verbos expresan dos cosas diferentes.
Es que el castellano, o el español, como se dice ahora es una lengua de extraordinaria riqueza que permite amplias sutilezas. ¿Por qué limitarnos? ¿Por qué no aplicarla?
Así, cuando usamos izar se trasmite el concepto que nos daba el RAE estamos comunicando que “se levanta una bandera tirando de la cuerda de que está colgada”. De allí que a esa cuerda la llamemos “driza”. Es lo que ocurre habitualmente en el curso de una ceremonia.
En cambio, si empleamos enarbolar, la imagen no cuadra de igual forma. Cuando analizamos la raíz del término, “árbol”, encontramos que la acción consiste en “levantar una bandera utilizando un árbol para permitir que se vea bien”.
Algo sobre la materialidad
Para levantar una bandera en alto usualmente empleamos un mástil o un astil. La materialidad de estos elementos puede ser muy variada, pero en todos los casos su concepto nos refriere a un elemento recto enclavado en el suelo o en una construcción, destinado específicamente para lograr que luzca una bandera.
Pero cuando enarbolamos una insignia señalamos con precisión que nos servimos de un árbol, literalmente. Es decir, que estamos dando un uso específico, antinatural, a un ser vivo; con todas las características de tal, es decir con ramas y con un follaje que forma una copa, más o menos desarrollada.
Es obvio que al escuchar “enarbolar” el verbo nos remite a un acontecimiento circunstancial ya que hoy tenemos incorporado que las banderas no se elevan aprovechándose de un árbol, sino que empleamos un mástil (o un astil), como decíamos.
Si hablamos con precisión literal, es indudable que se podrá enarbolar una bandera con toda dignidad, pero siempre se preferirá hacerlo en un mástil.
Conclusión
Como hemos visto, la cosa es clara:
Cualquiera de los dos término que usemos estará bien; pero, tratándose de una ceremonia en donde se emplean mástiles o astiles para levantar el paño, lo más preciso; lo más profesional; será hablar de izar una bandera.
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