Nasif
Estéfano (Enero
del ‘66)
Estéfano en su Formula 3 de la "Escudería Argentina"
Reproducimos
acá una nota publicada hace unos años en la recordada revista “Rosario, la
fuerza de su historia”.
Hoy estamos deportivos.
Por Miguel Carrillo Bascary
Aquél caluroso enero de 1966 el Parque de la Independencia no tuvo el bucólico paisaje de verde y tranquilidad como podía esperarse, todo lo contrario. Miles se rosarinos y de visitantes llegados de todo el país se dieron cita en derredor del lago bajo la añosa arboleda con la expectativa de gozar del ruido y la velocidad de la carrera más brillante de un grande, Nasif Moisés Estéfano.
Esas competencias veraniegas, a las que se llamaba "Temporada Internacional", eran habituales por aquellas épocas. Los europeos llegaban con sus máquinas aprovechando los meses de receso en el Viejo Continente y formaban una troupe encantada con el amistoso recibimiento de Argentina corriendo en diversos circuitos improvisados en las calles de las principales ciudades. También traían algunos autos, siempre de segundo nivel, que alquilaban a los principales volantes nacionales.
Circuito del "Parque de la Independencia"; Rosario
La largada estaba sobre boulevard Oroño
El Parque Independencia era uno de ellos, albergó carreras de monoplazas desde fines de los años 40. Alguna vez fueron los de Fuerza Libre, más tarde lo hicieron los Fórmula 1 (Grand Prix), pero también recibía las categorías nacionales. Esas carreras en Rosario fueron parte de la brillante historia del motorismo argentino.
En 1966 llegó la Fórmula 3, semillero de figuras de las que muchas llegarían más tarde a la categoría reina, la Formula 1 internacional.
Fue entonces que Rosario asistió a una verdadera hazaña, su protagonista se llamó Nasif Estéfano. En el tórrido
enero de 1966 Rosario recibió a un selecto grupo de pilotos europeos que competían
en Formula 3, categoría antesala de la Formula 1.
Destacaban los nombres de: Jean Pierre Beltoise (Francia); Clay Regazzoni y Silvio Moser
(Suiza); Charles Chritchon-Stuart (Escosia); Claudio Facetti (Italia); Piers Courage (Inglaterra) y Wilson
Fittipaldi (Brasil). Con el tiempo, todos llegaron a la F 1, incluso Stuart, que no llegó a correr pero sí fue dirigente de una escudería.
Por su parte, el Automóvil Club había formado la Escudería
Argentina con: Estefano, Bordeu, Cupeiro, Pairetti, Salerno y
Cacho Fangio. Todos tenían descollante actuación en nuestro medio.
Cinco Brabhams,
pintados de azul y oro (los colores internacionales de Argentina) serían sus máquinas; eran de regular rendimiento pero los
alentaba la esperanza de todo el país.
La primera carrera fue en Bs Aires y el compatriota
mejor clasificado fue Nasif Estéfano (3º), luego de ganar una serie. Pero lo mejor estaba por venir, donde se correría el "Gran Premio Internacional Ciudad de Rosario - Acindar S.A."
Como se dijo, Rosario había conocido las lides del Grand Prix pero en esa fecha ya resultaba una locura emplear el circuito, dada la evolución de los coches, el
peligro que entrañaba el arbolado y las decenas de miles de personas que se
volcaron como espectadores. La gente se colocó sobre las veredas a centímetros
de los bólidos, con total inconciencia; solo unos fardos de pasto (alfalfa, con propiedad) los separaban de la muerte.
Fueron tres series selectivas y la final, a 30 vueltas.
Estéfano ganó su serie y aguardaba con gran expectativa la final; el resto de
los argentinos mostró un desempeño bastante inferior. La primera largada debió
anularse pues el público invadió la pista. Al partir la caja del coche de Nasif
se dañó y al reiniciarse la competencia arrancó entre los últimos, presa de
tremenda frustración.
Lo trabado del circuito dificultaba extraordinariamente
el sobrepaso. La atención lógicamente estaba en la punta y nadie reparaba ya en
él, pero poco a poco los cronómetros fueron cantando su verdad, Nasif venia
batiendo el record de vuelta en forma constante y superando agresivamente a sus
rivales. En el giro 24 era tercero y continuaba bajando los tiempos.
Cuando pasó
al segundo (Facetti) Rosario explotó entusiasmada, sin embargo ya terminaba la
carrera y el tiempo no le alcanzó para doblegar a Moser. Nasif Estéfano fue su
escolta, a 22 segundos. pero había hecho vibrar el corazón argentino.
En esas 30 vueltas de
locura bajó 23 veces el record de vuelta, una hazaña excepcional en un marco de
notable competitividad. El Parqué fue un “teatro Colón” para una irrepetible interpretación
de manejo.
La multitud enfervorizada se apoderó de Nasif y sobre un camión lo
transportó hasta su hotel, mientras recibía ovaciones en todo el trayecto. Al
finalizar la las 4 carreras de la Temporada Internacional
se ubicó 3º, luego de Stuart e Irwin; nunca un argentino tuvo mejor desempeño luego de la "época de Fangio".
Estéfano nació en Tucumán; fue un piloto reconocido
por su fina sensibilidad; capaz de brillar tanto en autódromos como en el ripio
de la montaña; adaptando su manejo a los mas diversos tipos de vehículos: monoplazas;
turismos; Sport Prototipos; Turismo Carretera y vehículos de categorías internacionales.
Con su monoposto de motor delantero el Chevrolet Wayne de Mecánica Nacional (1963)
Siempre sobresalió. Incluso protagonizó un fugaz paso por
Con la Maserati 250 F - Bs. Aires, 1960
Era de humilde origen, por lo que el factor económico
condicionó toda su carrera por los altos costos del automovilismo. Ser del Interior
e hijo de inmigrantes también le jugó en contra. En ocasiones, solo el aporte
de sus amigos le permitió satisfacer sus ansias de viento. Hubo momentos duros,
donde debió construir sus propios automóviles.
Precisamente, su primer triunfo
a nivel nacional (Tucumán, 1957) fue con un Plymouth Fuerza Limitada, obra de
sus manos y de sus insomnios. Sus logros iniciales fueron con los monoplazas de
Mecánica Nacional, donde llegó a campeón en 1963 y 1964. 1965 lo vio campeonar
en Turismo Mejorado (Alfa Romeo 1600)
Acá lo vemos con un Alfa Romeo Giulia en el Gran Premio A.C.A. de Turismo con el espectacular marco del cerro Ñunorco en Tafí del Valle, Tucumán (1965)
Tres veces intentó capitalizar sus talentos
corriendo en Europa (Fórmula 1); para ello vendió cuanto poseía, pero fue literalmente
fue estafado, por el constructor Alejando De Tomaso, paradójicamente era un argentino que residía en Italia y que llegó a ser un destacado fabricante.
Volvió a
Europa en 1964; al comando de un Porsche 904 GT, debutó en los 1.000 kms. del
mítico Nurburgring, donde fue 5º en su categoría, formando pareja con el también eximio del volante Andrea Vianini.
El Porsche 904 de Estéfano-Vianini en Nurbugring
En las 12 horas de Reims
alcanzó el triunfo, sería el más importante que lograra un argentino durante la
década de 1960.
En el Turismo Carretera, la máxima categoría
nacional, accedió por primera vez a la victoria en Mendoza (1966), corriendo un
Falcon con cilindrada inferior al resto de los competidores. En 1968 fue
contratado por el equipo oficial Torino (Oreste Berta), cumplió descollantes
actuaciones y ganó en el autódromo de Bs. Aires (Liebres II y IIB).
Con la "Liebre II" del equipo Berta - Renault
Más tarde descolló en la categoría del momento los "Sport Prototipos", pero donde siempre peleó los primeros lugares, aunque sus medios no fueron los mejores.
Con el Romero - Tornado formó el "Equipo Shell", con Copello y Ruesch
La copia del Mc Laren M8 de Can-Am, con motor Ford F -100
Finalmente, en
1972 ingresó al equipo oficial Ford, utilizando un Falcon modificado. En la última
carrera, venia ganando hasta que un pícaro papel tapó el radiador y el
recalentamiento del motor lo retrasó; fue segundo en el campeonato.
Uno de los Falcon oficiales del equipo Herceg que corrió Nasif
Ese mismo año
ganó el “Desafío de la Montaña ”
frente a los pilotos más renombrados de la especialidad, su coche fue el Fiat
1600, sin preparación, que a diario usaba su hermano, un logro excepcional dadas
las circunstancias. Nasif tenía un manejo excepcional en la montaña, fue uno de sus fuertes, cuando muchos ases "aflojaban"
Otra foto en los caminos del Nor Oeste Argentino, con su Falcon T.C.
1973 sería el año de su consagración … y el de su
muerte. Siempre en el equipo Ford de TC (la más popular de las categoría argentinas) triunfó en 9 de las 27 competencias, pero en
la última, cuando venia en punta y ya había alcanzado el campeonato, perdió la
vida en un accidente inexplicable (algunos aventuraron que pudo haber un sabotaje
mecánico). Fue un amargo final para tan increíble campeón, aquél que se diplomó
de héroe en Rosario.
Su don de gentes era excepcional, como lo evidencia la siguiente foto:
Una constante, el "Turco" rodeado de admiradores
Las páginas centrales y las tapas de las principales revistas acompañaron su trayectoria:
"El Gráfico", la revista deportiva más importante en la historia argentina y de Latinoamérica lo despidió con la siguiente portada:
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