Misa a oscuras


Recordando las catacumbas …



MCB

En el día de ayer pareció que Rosario volvía a los tiempos en que los cristianos se juntaban para celebrar la Eucaristía (oír misa, se suele decir) apenas alumbrados con alguna vela. La imagen que ilustra la entrada lo dice todo

En realidad se debió al corte de luz que afectó unas gran parte del centro de la ciudad ayer domingo por la tarde entre las 15 y las 20,30 horas.

En la parroquia de María Auxiliadora, calle Presidente Roca y Salta, es tradicional que la misa vespertina comience a las 20 y como la falta de luz persistía el párroco dispuso que se celebrara igual.

Se apeló a todos los candeleros y velas disponibles y para sorpresa de los fieles la ocasión tuvo una connotación muy particular que hizo recordar a la “Ceremonia del Fuego”, con que se inicia la Vigilia de la Pascua; con la diferencia de que la oscuridad se prolongó mucho más.

Un instante durante la "Ceremonia del Fuego" 

Entre divertidos; sorprendidos y muy alegres, los fieles participaron de la Eucaristía, en una forma que seguramente recordarán por muchos años.

El Papa Francisco tomando el fuego del Cirio Pascual

Nota: En la “Ceremonia del Fuego”, los templos están totalmente a oscuras; en el atrio se dispone un brasero o una fogata y allí se enciendo el “Cirio Pascual” que representa la “Luz de Cristo” que ilumina las tinieblas de la Creación. Luego, el celebrante ingresa procesionalmente a la nave llevando el Cirio y los fieles, con una pequeña vela, toman el fuego y se lo comunican entre sí, de manera que el espacio se va iluminando lentamente con cientos de pequeñas velas. 
Este ritual es la primera parte de la solemne Vigilia Pascual, la más significativa de la Liturgia católica. Quienes deseen participar de la misma en la próxima Pascua, esto se concreta el "sábado santo", en todas las parroquias, que disponen concretarla en diferentes horarios, aproximadamente entre las 19,30 y las 22,30 hs. para que los participantes puedan hacerlo a su comodidad. Solo es cuestión de averiguar en la parroquia más cercana. La participación está abierta a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

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