El Via Crucis de la Catedral de Rosario


El Via Crucis de la Catedral de Rosario
Por Miguel Carrillo Bascary

Una de las "estaciones" del Via Crucis de Barnes (Catedral de Rosario)

¿Qué es el Via Crucis?

La oración conocida por este nombre es una costumbre ya clásica en tiempos de Cuaresma y Semana Santa, aunque puede realizarse a lo largo de todo el año.

Se originó en el recorrido que los primeros cristianos realizaban por Jerusalén recreando la Pasión de Jesús y su camino hasta el Calvario. La tradición indica que fue la propia Virgen María quién diariamente recorría las calles de Jerusalén recordando a su divino Hijo. 

Con los años se extendió universalmente y desde el siglo XVIII se representa en cuadros o esculturas distribuidas a lo largo de las naves de los templos. Es tradicional que los fieles recorran tales “estaciones” orando y meditando, acompañando ese último camino de Jesús.

Cada una de las “estaciones” señala un instante en el doloroso trayecto. En realidad, las estaciones se simbolizan con una cruz; el cuadro que la representa es una ayuda a la meditación de los fieles.

Originalmente las estaciones fueron catorce; algunos de estos momentos están relatados en el Nuevo Testamento, otros provienen de la tradición. En 1991 por decisión del santo papa Juan Pablo II se agregó una decimoquinta estación, correspondiente a la resurrección de Cristo.

Quienes realicen el Via Crucis con devoción pueden obtener lo que la Iglesia llama “indulgencia plenaria”, es decir el perdón de la pena merecida por los pecados.
Para esto es necesario: tener disposición interior de desapego al pecado, incluso al venial (esto es fundamental); confesarse y comulgar piadosamente y rezar por las intenciones del Papa (usualmente un Padrenuestro y un Avemaría) Estas condiciones pueden cumplirse “algunos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita (rezo del Via Crucis, en nuestro caso); sin embargo, es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se haga la obra”.

El interesado podrá ampliar al respecto leyendo el documento pontificio: “Constitución Apostólica INDULGENTIARUM DOCTRINA”  http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/apost_constitutions/documents/hf_p-vi_apc_01011967_indulgentiarum-doctrina.html


El Via Crucis de la Catedral de Rosario

Rosario cuenta con un Via Crucis verdaderamente excepcional como obra de arte. Es el que está colocado en la iglesia Catedral llamado “de Cristo Rey”. Es obra del rosarino Eduardo Barnes (1901 – 1977) que a mediados del siglo pasado se destacó como autor de esculturas distribuidas por toda la región.

Eduardo Barnes en su taller

La obra de Barnes ha merecido juicios elogiosos de la crítica. Los taseles de muchas de sus obras se preservan en un museo contenido en el subsuelo del teatro “El Círculo” que puede ser recorrido por los interesados y turistas.

Barnes también participó en la construcción del Monumento a la Bandera, actuando como asesor artístico del arquitecto Angel Guido, uno de sus creadores y director de la obra. Pertenecen a Barnes dos hermosos bronces contenidos en la “Galería de Honor de las Banderas de América”. Ellos patentizan el protagonismo de Rosario en la creación de nuestra Enseña nacional y de los denomina: “Belgrano crea la Bandera en Rosario” y “Bendición de la Bandera nacional”.

Impronta que Barnes usaba en sus obras

Como peculiaridad puede citarse que al realizar este Vía Crucis Barnes apeló a una antigua costumbre de los artistas, incluir a su mecenas en la obra. Es así que, en el cuadro de la decimotercera estación, correspondiente a “Jesús en la Cruz”, entre los personajes que se encuentran al pie de misma vemos (de izquierda a derecha) a: San Juan; la Virgen María; al arzobispo de Rosario, Antonio Caggiano y a un soldado romamo. Caggiano (1899 – 1979) provenía de una humilde familia santafesina y llegó a ser obispo de Rosario en 1934, más tarde fue nombrado cardenal y arzobispo de Bs. Aires.

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