El Afilador


El afilador



Un afilador en plaza “Bélgica” (foto tomada de “Fotografías y estampas de Rosario antigua”)



Entre los tipos humanos que parecen extinguidos pero que todavía subsisten en la Rosario del siglo XXI, se encuentra una figura familiar (para los que ya peinan canas) 

Es el afilador, que fatigaba calles de adoquines y de tierra llamando la atención de su clientela con el agudo son de su armónica, de la que ocasionalmente sacaba algunas melodías.

Eran tiempos donde el intenso uso doméstico de tijeras y cuchillos conformaban un mercado necesitado de periódicas afiladas. El acero inoxidable; los cuchillos dentado; los que hoy hay de porcelana fueron acotando aquella necesidad de antaño.

Todavía pueden encontrarse algunos que hoy timbrean en los porteros eléctricos y otros que persisten con su armónica.

Pero ya se están yendo, la desconfianza generalizada también los arrincona; quizás en las amplias cumbres de las nubes aún se necesite quien amoladora en ristre desgaste los cúmulos y nimbus para que los angelitos jueguen a las escondidas.

MCB

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