Rosario
y la historia de su bandera
(Parte
1)
Imagen: Sebastián Schwartsman
Por Miguel Carrillo Bascary
Este post
integra una serie dedicada a la ciudad de Rosario en el mes de octubre dedicado
a recordar su historia y a valorizar su identidad.
Perfil de la ciudad
Rosario, tercera
población de la República Argentina remonta sus orígenes hasta comienzos del
siglo XVIII. Su formación no fue decisión de alguna autoridad, sino de un
proceso social espontáneo en que sus vecinos se fueron agrupando en derredor de
una sencilla capilla dedicada, precisamente, a Nuestra Señora del Rosario.
Cuando en 1812 llegó el entonces coronel Manuel
Belgrano e izó por primera vez la que luego fue reconocida como bandera
nacional argentina, Rosario tenía unos 700 habitantes. En 1823 se la designó “villa”,
contaba poco más de mil habitantes y en
1852 fue reconocida como ciudad mediante una ley sancionada por la
Legislatura de la provincia de Santa Fe.
En 1858 su población era de 9.785. Poco
tiempo mas tarde a consecuencia de circunstancias políticas y geográficas favorables,
comenzó un desarrollo espectacular y se transformó en el centro de una rica
zona agro-ganadera que justificó instalar un gran puerto y facilitó la
inmigración de decenas de miles de europeos hasta alcanzar unas 92.000 almas en
1895, multiplicándose por 10 en tres décadas y en 1947 llegaba ya a las 467.937. El último censo que se
realizó en el 2010 indicaba 989.000 habitantes (52% mujeres y 48% hombres)
Su peculiar perfil social, su pujanza
económica y su protagonismo en la
Historia argentina, sustentan el derecho que le asiste para
alcanzar una plena autonomía de la que aun no goza pese a que la última reforma
de la Constitución
nacional (1994) definió su procedencia. El poder darse sus propias
instituciones y los mecanismos complementarios le permitiría contar con una
herramienta para impulsar aún más su desarrollo y mejorar la calidad de vida de
sus habitantes.
A despecho de
esta carencia Rosario aquilata enormes
logros desde la recuperación democrática ocurrida en 1983; sus
instituciones han evolucionado notoriamente y el equilibrio de los poderes
municipales es una realidad; la descentralización administrativa en cinco
distritos; el recupero de la costa sobre el río Paraná para nuevas
realizaciones, la inminente articulación de un inédito sistema de transporte, la formación de un sistema de salud publica de características únicas en
Sudamérica y la elaboración de numerosos sistemas de participación política,
son apenas algunas referencias que demuestran la vitalidad de la ciudad. Su
movimiento cultural cosmopolita es otra de las facetas que la destacan, tanto
como la pujanza de su comercio impulsado desde las proyectos de miles de
emprendedores y las PYMES.
Símbolos
rosarinos
El pasado de
Rosario, su presente y su futuro tienen hoy un emblema concreto que expresa la identidad rosarina; es la bandera de la Municipalidad aprobada
en el año 2010 por medio de la Ordenanza
Nº8.523. Su paño blanco sintetiza todos los colores del arco iris y
evidencia que Rosario fue un verdadero “crisol de razas”, lo que la caracteriza
la personalidad de la ciudad. La conjunción policromática en el blanco también
es la imagen de uno de los lemas que caracteriza a Rosario como “ciudad de la
inclusión”, un lema que cobra particular sentido en su compromiso de lograr la
plena participación de todos sus habitantes en una sociedad sin
discriminaciones.
En el centro luce el histórico escudo de la Ciudad , que fue aprobado en 1862 y que recuerda a
Rosario como “cuna de la bandera nacional”. En él puede verse el brazo de
Manuel Belgrano, su creador, se lo representa en proporción superlativa y emerge
tras la muralla de la batería “Libertad” (lugar del primer izamiento, a metros
de la capilla que originó el poblado); su mano sostiene la Bandera exponiéndola
a los rayos del Sol que nace desde el horizonte de las islas paranaenses, tal
como lo muestra el paisaje que se percibe desde la costa rosarina.
Completan el blasón:
la traza del anchuroso río Paraná, navegado por embarcaciones a vela y a vapor;
junto con un ancla que en conjunto definen que Rosario es un puerto; mieses e
instrumentos de labranza simbolizan los productos de la región.
El diseño actual de este blasón data de 1964,
cuando la Ordenanza Nº1.737, estipuló su empleo. Los fundamentos históricos los
aportó el Dr. Julio Marc (1884 -1965), director del Museo Histórico Provincial de Rosario;
mientras que el dibujo siguió las indicaciones del arquitecto Ángel Guido (1896
– 1960), mentor del Monumento a la Bandera, verdadero icono de la ciudad. El genio
del artista rosarino Julio Vanzo (1901 – 1984) definió la composición plástica.
La versión de ceremonia de la enseña rosarina incorpora una
corbata tri franja con los colores argentinos (clara manifestación de que
Rosario es “cuna de la Bandera”), en cada uno de sus brazos lleva bordado en
oro dos guarismos: “1812”
(que recuerda el primer izamiento de la Bandera argentina que ocurrió el 27 de
febrero de aquel año) y “1852”
(cuando se dictó la ley que reconoció a Rosario como ciudad)
Imagen: Sebastián Schwartsman
(Continuará)
Este post se produjo en el marco del Programa: Rosario, Cuna de la Bandera y ciudad de la Inclusión (Secretaría de Gobierno - Municipalidad de Rosario)
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