El "Heraldo" y sus fantasías

Una lindísima forma de hacer memoria

"Continuado desde el Heraldo" (Esteban Tolj)
Revista "El Vecino", Nº275 - julio del año 2012

Por Miguel Carrillo Bascary

Quienes tenemos más de 50 no necesitamos que nos expliquen que el “HERALDOes un cine, más aún, la puerta a una dimensión de fantasías y a nuestro tiempo de ser niños.

Durante cuatro décadas fue sinónimo de dibujitos animados, aunque el programa también mezclaba cosas que los chicos considerábamos un mal necesarios, como los noticieros (tanto argentinos como extranjeros), a veces sumaba algún interesante documental, aunque para algunos amigos (con los que nunca estuve de acuerdo), también eran unos plomazos.

Trabajaba “en continuado”, una modalidad desaparecida pero que era muy cómoda, ya que al precio de una entrada el espectador se podía quedar toda la tarde.

Aunque no tuviera aire acondicionado, sus techos altos, los grandes ventiladores y la semioscuridad, eran tranquilo refugio para que algunos grandes entraran nada más que por el placer de dormirse una siestita fresca en verano. Muchas veces los acomodadores tenían que despertar a algún roncador. Iniciaba sus funciones a las 13 y se apagaba el proyector a las 24.

En su momento fue común que tras acompañar penosamente a nuestras madres en sus paseos por la vecina galería “Rosario” (que había inaugurado el 25 de mayo de 1956) el programa terminara en el “HERALDO”. Cuando ya éramos más grandes, ella quedó liberada para sus paseos de compras y con nuestra, al fin ganada “independencia”, nos íbamos al “HERALDO” bajo solemnísimo compromiso de salir a la hora pactada con ella.

Como nos recuerda José Malla, el “HERALDO” inició sus funciones el 24 de abril de 1942 y era propiedad de la empresa United Cinema. El 13 de setiembre de 1957 se inauguró el sistema Cinemascope, que implicó un importantísimo cambio de tecnología.

El 31 de agosto de 1976 comenzó a dar largometrajes con lo que desapareció el continuado, de manera que pasó a ser “un cine más”, fue entonces que para los nostálgicos entró en la leyenda.

Tras una impase para refaccionarla, la sala reabrió el 9 de enero de 1985 y así se mantuvo hasta el 1º de julio de 1992, en que se instaló un bingo.

El 4 de julio de 1996 resucitó como cine bajo otra empresa, hasta que el nefasto 29 de marzo del 2000 cerró definitivamente debido el alto precio del alquiler. La estructura permanece en píe, claro que con otros usos.


El “HERALDO” a fines de la década del 50

La viñeta que abre la nota es cabal síntesis de aquellos sueños de chicos que nos reenvían a las funciones del Heraldo. Es obra del excepcional Esteban Tolj, cuyos maravillosos trazos están imbuidos de paisajes rosarinos. Como muchas de sus obras se difundió en la otrora revista “EL VECINO” que con distribución gratuita supo circular hasta que se convirtió en un medio virtual. Los invito a googlear a Esteban, no se van a arrepentir.

La portada que se ilustra corresponde al , por entonces estaba cumpliendo 27 años de fraccionada publicación.

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