Embanderar, costumbre emotiva

Embanderar, una costumbre muy emotiva

Por Miguel Carrillo Bascary


Llega el “día de la Bandera” y muchos argentinos actualizan la costumbre de exhibirla en los frentes de sus casas y departamentos. Es una manifestación de alegría; de sentirnos identificados con la Patria, con los valores y las tradiciones de nuestro pueblo plasmados en ese paño celeste y blanco que acompañó nuestra historia como nación desde que fue creada en Rosario, el 27 de febrero de 1812.

Es importante destacar que los argentinos somos verdaderos privilegiados por poder colocar la bandera en nuestros domicilios. En muchos países del mundo no se permite que los particulares lo hagan y en otros casos las normas son muy estrictas con la forma en que se puede hacerlo.


Siempre será aconsejable que si en la casa hay niños pequeños puedan participar de la colocación. No es necesaria ninguna ceremonia especial, lo importante será explicarles lo hermoso de la costumbre de embanderar las casas para las Fiestas Patrias. Los chicos merecen ser protagonistas de la actividad y no limitarse a observar; para ellos es una experiencia enriquecedora. Cuando ya tengan cierta edad deberían ser ellos los encargados de toda la operatoria.

Cuando no se disponga de una bandera con Sol, puede ornamentarse con los colores nacionales, pero queda en claro que no se tratan de verdaderas banderas; hace algunos años se daba a estos elementos el nombre de “bandera mercante” pero el término desapareció desde 1985, cuando una ley autorizó que todos los particulares puedan usar la bandera con Sol.

Los extranjeros también pueden lucir nuestra bandera nacional, pero si lo hacen en conjunto con la de sus naciones, corresponde que la de Argentina esté a la derecha (izquierda de quién la mira de frente).

Convengamos que lo ideal será mostrar nuestra bandera utilizando un asta, pero esto será la excepción, ya que no abundan en las casas y que muy raramente aparecen en los edificios.

Lo habitual será exhibir la bandera en balcones y ventanas; al respecto algunas recomendaciones:
  • ·         Verificar que el paño no tenga algún desgarro causado por las anteriores ocasiones en que se usó, si lo hubiera hay que repararlo mediante un zurcido prolijo o reforzar la costura comprometida. Esto es necesario para evitar que el daño se magnifique por efecto del viento.
  • ·         Constatar que no haya ramas de árboles u otros elementos de la fachada o balcón en los que se pueda enganchar el paño por efecto del viento.
  •       Siempre convendrá colocar la bandera en forma apaisada, para que el Sol quede en su debida posición.
  • ·         Procurar que la bandera luzca en la ventana o balcón principal de la fachada; en caso de que sean todos iguales, preferir la ubicación que se encuentre en el centro de la misma.
  • ·         El paño siempre se coloca por fuera de la reja, caso contrario la bandera queda como “encarcelada”.
  • ·         Apretar bien fuerte las cintillas, para evitar que se suelten y que la enseña luzca en mala forma.
  • ·         Lo mejor será colocar pares auxiliares de cintillas para favorecer su fijación; en estos casos se cosen en los laterales, a la altura del sol y en los vértices del vuelo.
  • ·         Para que el viento no la enrolle, se aconseja coserle alguna pequeña pieza de plomo en los vértices del vuelo, similares a los que usan las modistas para que las polleras caigan bien.
No es aceptable usar banderas argentinas con leyendas, nuestra enseña patria debe lucir en plenitud. Si eventualmente se quisiera colocar alguna inscripción es factible solo cuando se trata de un paño con los colores nacionales (sin Sol)



La costumbre señala que la bandera nacional permanece colocada hasta el 9 de Julio. Al día siguiente o en el curso de la semana posterior, a más tardar, debe retirarse como señal de respeto. Es muy lamentable no olvidar hacerlo ya que con el tiempo la acción del agua; del sol y la polución ambiental la afectan muy rápidamente y la pieza queda totalmente deslucida.

Contra lo que muchos creen no existe ninguna disposición que prohíba lavar las banderas (la costumbre internacional consagra que solo las enseñas militares no deben lavarse), por lo tanto, será recomendable hacerlo, cada vez que sea necesario; el smog de la ciudad ensucia mucho los paños. No olvidar limpiarla antes de guardarla hasta el año próximo.

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